Cuatro meses faltan para el recambio institucional en Tucumán. Y, en ese período, tanto el actual gobernador Juan Manzur, como el vicegobernador, Osvaldo Jaldo, comienzan a delinear lo que será su futuro político, más allá del 29 de octubre próximo. Ambos estuvieron en Buenos Aires realizando gestiones oficiales, pero además hablando con referentes nacionales con vistas a las presidenciales de octubre, previa PASO.
En lo que se refiere a las actividades del mandatario provincial, sólo se sabe que mantuvo encuentros con dirigentes del Partido Justicialista, con algunos empresarios y también con sindicalistas. Manzur está proyectando sus próximos pasos, luego de que dentro de cuatro meses deje la oficina del primer piso de la Casa de Gobierno. Todo indica que su destino puede ser el Senado de la Nación en tanto Pablo Yedlin deje esa banca y asuma el actual titular del Poder Ejecutivo. El cabeza de lista de candidatos a diputados nacionales por el frente de todos todavía tiene cuatro años de mandato en la Cámara Alta, un período en el que Manzur –si se produce su incorporación- le serviría para prepararse para el próximo período, que arrancará en 2027, o bien seguir de cerca las decisiones que el PJ tome en Buenos Aires.
En el caso de Jaldo, además de realizar gestiones ante el ministro de Transporte de la Nación, Diego Giuliano, tuvo tiempo para visitar al orfebre Juan Carlos Pallarols. Desde hace tiempo, el platero se encarga de diseñar y elaborar los bastones de mando no sólo del presidente de la Nación, sino también de algunos gobernadores provinciales. En las últimas dos décadas esta tradición se observó cuando José Alperovich asumió la gobernación (ordenó otros tres bastones que elaboraron artistas locales) y también Juan Manzur. Jaldo no será la excepción a la regla. Según pudo establecer LA GACETA el actual vicegobernador le dio al orfebre ciertas características personales que quisiera incorporar a uno de los atributos de mando.
Por lo general, el bastón de mando gubernamental suele llevar en su empuñadura la imagen del mapa provincial, además del escudo provincial. Jaldo puede pedirle que se incorporen otros detalles, como sus iniciales o el nombre de algunos parientes. Ese bastón queda en manos del propio mandatario durante su gestión y luego cuando deja la administración de gobierno. Paralelamente se gestiona la confección de la banda gubernamental, tarea que será asignada a la Sastrería Militar, como es una costumbre.
La obligación del uso de estos atributos se exterioriza, particularmente, en dos fechas patrias: el 25 de mayo, Día de la Revolución de Mayo, y el 9 de julio, para conmemorar la Declaración de la Independencia Argentina. En este último caso, el mandatario no la podrá usar durante el tiempo que un presidente de la Nación se encuentre en territorio provincial. El protocolo es claro en ese aspecto: un solo poder y una sola autoridad. Respecto de las celebraciones del 9 de julio, todavía no se conoce quiénes vendrán a Tucumán desde la Casa Rosada. El cronograma tentativo de cada año es que los actos arranquen a las 8 con el tradicional chocolate y luego el izamiento de la bandera en plaza Independencia. Las ceremonias se completan con el oficio del tradicional Tedeúm y el homenaje a los Próceres de 1816 en la Casa Histórica. En esta última actividad se profundizan las dudas. Manzur tenía previsto que en esa fecha patria vengan no solo el presidente Alberto Fernández y sus ministros, sino también los gobernadores, empresarios y sindicalistas, en lo que sería su última participación en este período que se cierra como gobernador. La fecha también choca con otra actividad programada por el Ministerio de Economía de la Nación, a través de la Secretaría de Energía: la inauguración oficial del Gasoducto Néstor Kirchner en Neuquén. Este complejo energético fue considerado por el Gobierno como la obra de ingeniería más importante de los últimos 50 años.